Calor

Extraño la primavera del sur sur sur, que es digámoslo de manera elegante, invierno. Empezó el calor acá en la capital, y me angustia el no poder respirar, o el salir a la calle y sentir que estoy dentro de un horno cementoso y gigante. Además no tengo vestidos ni shoreh cortos, porque tengo piernas de sureña, osea, BLANCAS, igual que el fondo de esta página y me da vergüenza que reflejen la luz del sol, entonces me autocastigo cagándome de calors. Además mi carrera, que por definición es lo contrario a la linda palabra "ligereza", está más atrasada que reloj de sol en Noruega y estaré aquí hasta enero. 

He leído varias cosas raras este semestre, entre ellas nociones para principiantes de derecho penal, y me dio asco. Me dio asco que intelectualoides diseñaran cárceles para encerrar humanos y les atribuyeran a estas instituciones un valor moral. ¿Por qué un tipo que ya sea por posición económica o diversas circunstancias nunca va a ir a la cárcel, tiene facultades para justificarla? Osea, supongo que de alguna u otra manera hay que hacerlo, pero estos señores veían en las prisiones un lugar en la cual los reos encontrarían la recta senda de Dios en el silencio de un cuarto oscuro perseguidos por su propia consciencia. Iugh. Tanta teoría, tanta drogadicción intelectual autoinflingida para que las cosas se concreten en asesinatos y caídas del jabón en las duchas. 

Casi todo lo que sabemos es mentira; es una mentira que inventamos para hacer que nuestra realidad funcione, pero aún así mentira. 



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