Micros y estrellas (Que en Stgo casi no se ven)


No quiero seguir ninguna secuencia en este blog. Quiero escribir lo que se me ocurra y ojalá lo antes posible para que las cosas no se me terminen olvidando. Entre esas cosas que he pensado escribir, está esta: Encuentro bacán los viajes en micro después de los carretes, estando ebria y con los amigos o el pololo. Me relaja caleta, aunque el sentido común debería decirme: ALERTA, ESTAI CURÁ Y HAY UN DROGADICTO ASPIRANDO NEOPRÉN EN UNA BOLSA. 
Como que todo me da lo mismo; me gusta Santiago en la noche, me gustan las luces y me gusta ver a otra gente que terminó de carretear. Me gusta quedarme casi-dormida y de repente despertar y descubrir que llegué, y me gustan las conversaciones post-carrete, que de conversación tienen poco, pero dejan esa sensación de  "puta que lo pasamos bien". 
Finalmente el viernes después de un carrete, mi pololo estuvo todo el recorrido enseñándome francés. ¿Cómo se dice reír, saltar, caminar? ¿y los números? Él pacientemente respondió a todas mis preguntas de curada, y bueno, realmente no recuerdo sus enseñanzas, pero en ese momento cuando me reía por mi inutilidad para pronunciar me dí cuenta de que los recorridos microbuseros nocturnos son buenos momentos.


Comentarios

  1. He tenido experiencia similar pero en Valparaíso, aunque más bien en volátiles estados. Se me hacen entretenidas las conversaciones que se tienen con los pocos que quedan despiertos todavía, a la vez que por algún motivo se me sube la endorfina cerca de la madrugada.
    Buena onda eso, ojalá pudiese salir más..!

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